Vos fumas mil cigarrillos. Y no notas que tu vida es como un cigarro, se consume; la consumís.
Pitada a pitada, convirtiéndolo en nada mas que humo. Humo que se evapora en un abrir y cerrar de ojos, pero que afecta a los demás sin que lo notes. Ese humo es tu rastro, lo que dejas en este mundo... nada. Esa sensación es la que queda a los demás... desagradable, porque te matas día a día, y lo seguís negando.
24 marzo, 2011
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